Autoría: Colectivo GD (Fernando Acosta, Mariana Rosado, Yoela Martinez, Daiana Daguerre y Natalia Pardo)
Esta obra fue seleccionada y expuesta en el Espacio de Arte Contemporáneo en el marco del llamado «Impulso al Arte Digital y Electrónico» realizado en 2022, impulsado por el Instituto Nacional de Artes Visuales (INAV) y el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC).
Neleya es una instalación inmersiva que busca explorar nuestro vínculo con el espacio que habitamos, la misma cuenta con sensores de contacto a nivel de piso y en algunos de los elementos que pueblan el espacio, los cuales detectan nuestra interacción con la habitación y le permiten responder de manera visual y sonora, planteando el concepto de “habitación viva”.
Esta obra se realizó durante el proceso de salida de una pandemia que intensificó nuestro relacionamiento con el espacio privado y nos llevó a reflexionar sobre la manera en la que el mismo se habita, se transforma y sobre cómo la percepción que tenemos del espacio cambia en ese habitar acentuado. Una habitación viva se propone como aquel espacio dentro del cual los seres vivos se expresan, se manifiestan e interactúan entre sí. Por esta razón se plantea un entorno con cierto confort, dejando a disposición una serie de objetos que invitan a la interacción y al habitar.
Entre las tareas a desarrollar en este proyecto me centré en el diseño y desarrollo de las visuales proyectadas en la habitación, así como en el diseño y la programación necesarios para poner a las mismas en comunicación constante con los sensores de la habitación.
Para ello utilicé Unity para crear un sistema de shaders reactivos a variables que pudieran ser modificadas en tiempo real, para luego generar una comunicación con una placa Arduino que recibiera la información de los sensores y la pasara a Unity, pudiendo con ella modificar los parámetros de las visuales.
Neleya cuenta con un sistema de «estados», cada uno de ellos con visuales particulares que responden a los estímulos recibidos por los sensores de presión. La intensidad, frecuencia y cantidad simultánea de estos estímulos generan que la habitación «cambie de estado», reflejando una respuesta visual al habitar de las personas en el espacio, creando sensaciones perceptivas que podrían percibirse como «Calma», «Comfort» o «Estrés».
Por último, concebimos desde un principio la idea de «Habitación viva» en buena parte como un reflejo distorsionado de cómo el espacio es habitado y por lo tanto también de aquellos quienes lo habitan, por lo que Neleya contó también con micrófonos que captaban momentos sonoros en su interior, conversaciones o simples ruidos ambiente, generando una pequeña base de datos de grabaciones de 10 segundos que luego reproducía aleatoriamente a lo largo del día, mostrando recuerdos de aquellas cosas que sucedieron antes en su interior.


























